Honrando la identidad

Sobre la autora

Brenda Dater, MSW, MPH, es directora ejecutiva de AANE y autora de Parenting Without Panic. Brenda es madre de tres hijos, y su hijo mayor es una mujer transgénero autista. Brenda ha facilitado grupos de apoyo para padres durante más de 20 años y disfruta enormemente creando un entorno en el que los padres puedan encontrar el apoyo, la información y la comunidad que necesitan.

Este mes hablaremos sobre el autismo y la identidad de género. Recuerdo que hace más de una década recibía llamadas de adultos autistas y padres que compartían historias de cómo su género asignado al nacer no coincidía con cómo se sentían. Sabemos de la creciente necesidad de apoyo sobre este tema dentro de la comunidad autista, las ofertas de AANE sobre el autismo y la identidad de género han aumentado con más grupos de apoyo, seminarios web y talleres. También es nuestro tema para la reunión anual de este año.

Sin embargo, mi conexión con este tema es más que profesional. Hace seis meses supe que tenía una hija autista de 25 años, Rachel. Hasta ese momento yo pensaba que tenía un hijo autista. Cuando me lo dijo por primera vez, dijo que sabía que yo no me “asustaría”, “diría algo estúpido” o que no la apoyaría debido al trabajo que hago, y obtuve su total aprobación antes de decidir hablar y escribir sobre esto públicamente.

Después de que ella me lo dijera, en un primer momento sentí una variedad de emociones simultáneas. Pero también sabía que era muy importante que los sentimientos que le expresara a Rachel tenían que ser completamente positivos. Había escuchado demasiadas historias desgarradoras en las que algunos miembros de una familia expresaban sus miedos y preocupaciones de una manera que hizo que su hijo/a se sintiera sin apoyo o sin amor en un momento tan vulnerable. Así que mis primeras palabras fueron: “Estoy tan contenta de que me lo hayas dicho”, y “Te amo tal como eres”, o “Estoy muy, muy contenta de que vivamos en Massachusetts”, e incluso le dije bromeando, “¿Entonces compartiremos la ropa ahora?”

Tiempo para procesar

Aunque pude apoyar a Rachel en esos primeros días y semanas, todavía me sentía muy preocupada. Estaba preocupada por su seguridad. Me preocupaba que ella tuviera que enfrentarse a ser discriminada. Me preocupaba que no la aceptaran. Me recordaba a los primeros días de su diagnóstico de autismo cuando vi cómo aquellas personas que no la entendían a menudo la excluían, y deseaba desesperadamente evitarle esa experiencia.
Entonces y ahora, la ansiedad que sentía nunca fue por el hecho de que ella fuera autista o trans, sino porque el mundo a menudo no es un lugar de aceptación para las personas autistas y trans.
Pero entonces vi que estaba feliz. Dijo que vio un futuro para sí misma y compartió con nosotros que hasta que “salió del closet como trans”, pensaba que no viviría hasta los 30.
Oírla decir eso cambió totalmente mis emociones. Ver a mi hija cómoda en su piel por primera vez en su vida y escuchar lo emocionada que estaba mientras hablaba sobre su futuro, hizo que me sintiera aliviada de que tuviera el coraje de hacerlo.

La paciencia y la autodefensa de mi hija

Nuestra hija entendió muy bien que sería difícil para nosotros dejar de usar su nombre de nacimiento y usar el nombre que ella eligió para sí misma: Rachel. Pude dejar de usar su nombre de nacimiento después de que ella nos lo pidió, pero primero empecé a llamarla con diferentes nombres cariñosos, como “cariño”, “amor”, “cielo” o incluso “oh, mi hija mayor”. Un día me preguntó por qué no usaba su nuevo nombre todavía. Le expliqué que necesitaba toda mi energía mental para dejar de decir su nombre de nacimiento varias veces al día cuando estábamos juntas y charlábamos. Nos dijo que si accidentalmente usábamos su nombre de nacimiento o pronombres masculinos, sabía que no era porque no la apoyábamos, sino porque era un hábito de 25 años que teníamos que cambiar. Seis meses después, usaba Rachel (así como palabras cariñosas) sin dudarlo.

Rachel nos dio el regalo del tiempo cuando “salió del closet”. Aunque su papá y yo la apoyamos de inmediato, al igual que sus hermanos, a todos nos sorprendió su noticia. Ella nos dijo: “He estado pensando en esto durante 10 años; tú los has sabido en 24 horas. Les tomará tiempo procesar lo que esto significa. Simplemente no hagan ese procesamiento conmigo. Y no lo hicimos. Nos acercamos a otras personas que tuvieron experiencias similares y nos dimos un tiempo para hablar de nuestros sentimientos en privado. Era importante para todos nosotros continuar apoyándola y procesar nuestras propias emociones sobre este cambio.

Cuando Rachel “salió del closet” públicamente, les hizo saber a todos que si no podían darle apoyo, no deberían compartir eso con ella. Ella solo quería comentarios positivos y pidió que cualquier otro comentario se mantuviera en privado. Estableció un límite claro e hizo que la experiencia fuera muy positiva para ella. Amigos y familiares le escribieron notas de apoyo y la felicitaron. Si hubo gente que se sintió diferente, no nos enteramos.

El Futuro

El fin de semana pasado, Boston tuvo una celebración del orgullo trans. Ver a cientos de personas trans y aliados celebrar juntos fue conmovedor. Estoy agradecida de que vivamos en un lugar relativamente seguro, y al mismo tiempo, soy dolorosamente consciente de la discriminación y el odio que experimentan las personas de género diverso en muchas partes de los Estados Unidos y en otros países. Cada vez que leo sobre otro estado que propone o aprueba legislación para restringir o eliminar la atención que afirma el género o los derechos LGBTQ+ de manera más amplia, siento una angustia y una ira intensas por las miles de personas a las que se les hará sentir que algo anda mal con ellas y que no tendrán acceso a la atención que necesitan. Permítanme ser clara para cualquiera que sea transgénero, no binario o que tenga otra identidad de género: eres una persona completa y maravillosa tal como eres.

Estoy agradecida todos los días por la hija que tengo. Siente que verdaderamente es ella. Tiene esperanza en su futuro. Ella está orgullosa y no esconde quién es. Cuando pienso en el dolor y el desánimo que nos dijo que experimentó antes de salir del closet , me cuesta respirar. Para mí, la confusión y la sorpresa iniciales que sentí no fueron nada en comparación con la alegría y el alivio que reemplazaron ver a mi hija ser ella misma.

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Si usted tiene una emergencia y vive en los Estados Unidos, por favor llame al Servicio de Emergencia 911 o diríjase a la sala de emergencia más cercana.

Recursos Para Responder a Crisis en los Estados Unidos:

Línea Nacional de Prevención del Suicidio: 1-888-628-9454
Línea Nacional de Ayuda para la Violencia en el Hogar: 1-800-799-7233
El Proyecto Trevor: 1-866-488-7386
Apoyo Nacional Para Víctimas de la Violencia en el Hogar
Línea de Texto Para Crisis: 741741

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